Mi nombre es Moisés Guillermo Pérez Enríquez y tengo 28 de edad. En noviembre del 2017 tuve el honor y la fortuna de ser invitado a tocar música mexicana en el “Music World Fest” en el marco del cumpleaños número 92 de Sathya Sai Baba ahora en Su cuerpo Sutil.

​

Soy devoto de Sai desde enero del 2016, lo conocí cuando me invitaron a participar en el grupo de Bhajans para Su visita divina a chihuahua en julio del mismo año. Desde entonces el mensaje de Sai vibró en lo más profundo de mi corazón: “Ama a todos, sirve a todos”, la misma premisa con la que decidí caminar en mi búsqueda sagrada desde el 16 de noviembre del 2003, cuando tuve una experiencia Divina que me cambió y me llamó al servicio.

 

El día que llegué a India fue el 16 de noviembre y curiosamente, fue el mismo día en que tuve la experiencia Divina hace ya 14 años. Esta coincidencia me auguraba las bendiciones que estaba por recibir en Muddenahalli.

 

Soy violinista y cantante, y junto con mis compañeros músicos de México llevamos una selección de música tradicional mexicana; mi pecho se hinchaba de la emoción por compartir con el mundo la belleza de mi cultura. Nuestra actuación fue acogida entre aplausos y gritos de alegría, Baba parecía estar inmensamente feliz y en el momento de recibir la bendición de Swami me preguntó cuánto tiempo llevaba tocando, al contestarle que 18 años, ¡Él materializó una medalla de oro con 18 diamantes, ante mis ojos!

 

El tiempo parecía no correr, mis oídos parecían no escuchar, mis ojos no podían juzgar solo observar; en realidad no me daba cuenta de lo que sucedía, hasta que salí de la sala y fui detrás del escenario, entendí lo que había pasado. Estar cerca de ese fuego de amor que se vivió en cada actividad avivó el ferviente deseo de conectarme hacia adentro para ser cada día mejor persona. Y al verme rodeado de tan buenos ejemplos confirmo mi deseo de servir y amar, esparciendo a mi camino ese aroma de la gracia de la presencia divina que está en cada uno. ¡Todos somos uno!