Unidad En la Diversidad En el Trabajo
El sábado 14 de diciembre de 2019, más de 250 personas de la comunidad Vistas del Cerro Grande, compuesta en su mayoría por indígenas rarámuris, llegaron para celebrar la Posada Navideña de este año. Para esta ocasión el grupo de Seva de Chihuahua unió esfuerzos con otros dos grupos externos. El resultado fue un verdadero trabajo de amor logrado por tres grupos completamente diferentes: estudiantes católicos del Colegio Chihuahua, voluntarios de la Iglesia Evangélica La Gran Victoria y devotos de Sathya Sai Baba. Todo esto se desarrolló fuera de la iglesia Evangélica que ofrece sus instalaciones todos los sábados para que el grupo de Seva podamos servir comida caliente.
El grupo de entusiastas jóvenes enviados por el Colegio Chihuahua organizaron a los niños formando filas para participar en juegos. Ellos mismos llevaron también dos piñatas que al romperse, bañaron en dulces a los emocionados niños. Mientras tanto, los voluntarios de la Iglesia Evangélica ayudaban a controlar a la gran multitud de personas que esperaban ansiosamente para recibir las bolsas con tortas, frutas y jugos que nuestro grupo había preparado amorosamente. Como es tradicional en esta fiesta mexicana, los niños además de romper la piñata, recibieron cada uno una gran bolsa con dulces navideños, así como un juguete. Para esto, muchas personas compartieron previamente hermosos juguetes envueltos en papel navideño brillante para que ningún niño quedase sin regalo. Mientras que niños y adolescentes desenvolvían sus regalos y dulces, sus padres hicieron fila para recibir cien cobijas de lana donadas por el grupo del Colegio Chihuahua, que serán muy bien aprovechadas durante este duro invierno en el norte de México. Además cien familias de la colonia recibieron “despensas” (paquetes de alimentos básicos) donadas por el gobierno.
Cabe señalar aquí que el número de personas que llega a la Iglesia La Gran Victoria todos los sábados ha aumentado de manera dramática, debido a que muchos indígenas se han visto obligados a abandonar sus hogares y emigrar a la ciudad por el hambre que prevalece en la Sierra Tarahumara,.
Ha sido el deseo de Swami que alimentemos a los hambrientos como una prioridad del Seva y nuestro deber está muy claro. Después de esta experiencia el mensaje para nosotros es que la única manera de satisfacer la creciente demanda de comida aquí en nuestra zona es uniendo fuerzas con otros grupos con ideas afines, como estos dos grupos con los que trabajamos en conjunto. Pero la más grande enseñanza que nos trajo esta posada ha sido la “Unidad en la Diversidad“ también en el servicio. El comprender y experimentar que a la hora de servir, todos estamos unidos por el mismo Dios. Que todos somos lo mismo.