

Minimizando el desperdicio de comida
Jóvenes de Varsovia, Polonia
¿Qué nos hace falta hoy en día?
Se podría decir que las necesidades materiales básicas de la mayoría de la gente en Polonia se encuentran satisfechas en el S.XXI. Poseen casas y apartamentos propios y si no pueden pagarlos, se les provee de vivienda social. La tasa nacional de desempleo es una de las más bajas en Europa, el apoyo financiero es accesible para aquellos que lo necesitan y no hay conflictos militares o crímenes internacionales.
En la segunda mitad del siglo XX Polonia fue un país comunista y los bienes de consumo no eran accesibles tan fácilmente como lo son ahora. La lucha por obtener comida era parte de la vida diaria. El alimento era modesto y basado principalmente en productos cultivados de forma local o en naciones aliadas de la Unión Soviética. Los jardines caseros y los terrenos para recreación asignados a los trabajadores jugaron un papel importante ya que eran usados para cultivar. Comprar, cosechar y convertir los alimentos en preservas consumía tiempo y energía.
Durante los 1990, el sistema político en Polonia cambió al capitalismo trayendo consigo cambios no solo en la economía general, sino que también en la vida diaria de las personas. La vida material del ciudadano promedio se volvió más sencilla en ciertos aspectos y estaba desprovista de preocupaciones acerca de la escasez de comida. Los estantes de los supermercados estaban abarrotados de productos importados; frutas, vegetales, dulces y especias de todo el mundo y las mantenían en frascos, bolsas de plástico y cajas. Los empaques modernos permiten conservar la comida de una manera rápida, pero los costos de esta conveniencia pasarán a las generaciones futuras si nuestros hábitos no cambian. Producimos toneladas de comida y la envolvemos en plástico, solo para tirarlo después en menos de cinco minutos de llevar los artículos a casa. Una gran variedad de comida está disponible al alcance de la punta de nuestros dedos. Cada año, obtenemos acceso a más y más nuevos productos de comida fabricados en incluso mayores envoltorios y empaquetamiento excesivo. We produce tonnes of food and wrap it in plastic, only to then throw this away within five minutes of bringing the items home. A wide variety of food is now available at our fingertips.


Ha llegado el momento de detenernos y reflexionar acerca del precio que estamos pagando por nuestras costumbres, Soñamos con tener y poseer todo lo que queremos sin siquiera algún esfuerzo. Esto no significa que deberíamos abandonar los logros acumulados a lo largo de varias generaciones. Sin embargo, permitámonos apreciar los aspectos positivos y corregir los comportamientos dañinos.
La tierra está siendo destruida sin detenernos a pensar en ello debido a nuestra pereza, porque nuestras familias, escuelas y los medios nos enseñan que el hombre está por encima de la naturaleza. Toneladas de comida se tiran a la basura todos los días en almacenes y tiendas y de nuestros refrigeradores y platos, simplemente porque las verduras y frutas no tienen forma perfecta, un color uniforme o porque no carecen de algún defecto menor. Sin pensarlo, tiramos comida si los contenedores en los que viene están aplastados, o incluso porque es más barato tirarlos que dárselos a alguien que los necesite.
A menudo las tiendas tienen que deshacerse de productos buenos y utilizables simplemente porque deben hacerlo por sus contratos con los proveedores, por los que deben hacer más espacio en los estantes de las tiendas. Pero, más a menudo de lo que se cree, es el consumidor final el que tira comida como resultado de comprar desde un inicio cantidades excesivas de productos. De acuerdo a las estadísticas nacionales, 5 millones de toneladas de comida se desperdician cada año en Polonia, de los cuales 3 millones de toneladas son tiradas por los consumidores finales. Es el equivalente a 92 kg de comida (o 184 barras de pan) tiradas a la basura cada segundo.
En promedio, un hogar polaco tira 4 kg de comida cada semana, sin mencionar los numerosos envoltorios de plástico, cajas, frascos de vidrio y otros empaques.
¿Qué podemos hacer?
No podemos esperar que todos los problemas del mundo simplemente se desvanezcan en un instante. Aún así, podemos empezar el proceso de reforma mediante nuestras propias acciones. El impulso para hacerlo puede ser impuesto sobre nosotros externamente, pero si buscamos un cambio duradero debe surgir de nuestro interior. En nuestra experiencia, las personas que están dispuestas a transformarse analizan lo que les gustaría mejorar en sus vida y luego le dan continuidad con acciones. Usualmente nuestro mayor temos es que nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo juzguen nuestros nuevos hábitos. Nos preocupa que piensen que no podemos costear nueva comida si nos ven utilizando alimentos perfectamente comestibles que otros han descartado.
Hemos tratado de dar un ejemplo que hemos llevado a la práctica. Es por eso que los jóvenes en Varsovia decidieron recolectar alimentos perfectamente comestibles y donarlos a aquellos que los necesitan. Nuestros principios son:
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Actúo ahora. No espero hasta mañana. Pongo un ejemplo a los demás mediante mis acciones.
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La Naturaleza es mi amiga; la Tierra es nuestro hogar.
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Reciclo. Recojo basura que veo en las calles, bosques, parques o bancas.
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Rescato comida que es tirada en tiendas, mercados o en casa.
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Comparto esta comida con mi familia, amigos, vecinos, “freegans” locales, sitios para compartir alimentos, caridades y otros sitios donde hay necesidad.
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No espero. Actúo ahora. Cada día es diferente. Permite que la revolución positiva se extienda.
¡Que este enfoque positivo se propague por todo el mundo!



