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Texas Service

Seva De Houston

Una tarde calurosa de jueves, los jóvenes Sai de Houston volvieron a servir a sus compañeros encarnaciones del amor en el centro de acogida de los jóvenes sin techo. Luego de esperar pacientemente afuera de la iglesia donde se llevaba a cabo el evento, los jóvenes sin hogar buscaron refugio del calor abrasador. Debido a las condiciones climáticas, hubo un gran número de 25 jóvenes con algunas caras nuevas que saludaron a todos con una sonrisa alegre mientras entraban.

Después de revisar las reglas de la casa por la noche, los voluntarios y los jóvenes estaban sentados y se sirvió una magnífica cena. Fue muy evidente que fue su primera buena comida del día o incluso de la semana para muchas de esas almas necesitadas mientras pasaban la comida con emoción. La comida estaba acompañada de diferentes tipos de conversaciones entre los jóvenes. Algunas charlas eran alegres, con los jóvenes que hablaban sobre la semana, los asuntos familiares y los trabajos. Mientras que otras expusieron su corazón cuando hablaban sobre las dificultades que ellos atravesaban. Para los voluntarios, la prioridad era ofrecer un ambiente amoroso y alentador para que los  jóvenes se sintieran seguros y se expresaran libremente.

Aunque algunos jóvenes se habían abierto lentamente con los voluntarios, algunos de ellos eran entendiblemente reservados y todavía estaban en el proceso de construir una relación de confianza con ellos.

Al finalizar la cena, los jóvenes recibieron pases de autobús y tuvieron tiempo de elegir algunos artículos del armario de las donaciones. Los voluntarios ayudaron a los jóvenes a elegir en una amplia colección de ropa, comida, artículos de higiene y otros suministros esenciales. Los voluntarios combinaron el tiempo del armario con una actividad que por lo general consiste en juegos, talleres educacionales o creativos para que los jóvenes participen. La actividad de la noche fue guiada por un equipo de voluntarios que entrenaban a los jóvenes en una plataforma de software llamada Salesforce. Los jóvenes tenían tareas específicas que tenían que completar y los premios por lograrlo eran tarjetas de regalo para sus restaurantes favoritos. Esta actividad no fue solamente una manera divertida de aprender algo nuevo, sino que también los ayudaría a reincorporarse a los edificios para solicitar empleo en algún lugar. Muchos jóvenes aceptaron el reto con mucho entusiasmo, mostraron una curiosidad inmensa en aprender más sobre la plataforma y algunos completaron la tarea en tiempo record.

Su participación activa en esas actividades reveló su potencial para lograr más cosas. Todo lo que ellos necesitaban era una oportunidad. Y entonces, mientras todos se despedían otra noche en el centro de acogida llegaba a su fin. Cada vez que los jóvenes voluntarios Sai visitan ese lugar, se sienten abrumados con las emociones de ver lo que estos jóvenes sin hogar atraviesan a diario. Se van con un sentimiento enorme de gratitud y motivación para continuar sirviendo a esos jóvenes al máximo de sus capacidades. 

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